miércoles

Editorial

Hace años, en una entrevista radiofónica, le preguntaron a uno de los integrantes del grupo La Musgaña por su última actuación en directo. Tras dar sus impresiones sobre el evento, el músico explicó que lo importante es llenar, porque si el local es pequeño siempre puedes decir que fue un concierto íntimo, muy cercano, entre amigos, mientras que si el local es grande siempre puedes echar mano de grandes epítetos y hablar de éxito apoteósico, de concierto histórico, y cosas así. Pero si no llenas, aunque el sitio sea grande, todo es más difícil de justificar… y eso es lo que les había pasado a ellos.

El primer número de este periódico fue… el primero, y eso supuso improvisación, dudas, algún error. Este segundo número ha sido, como quizá era de prever, peor: por disponer de más tiempo parece que nos hemos confiado todos un poco y cuando hemos querido darnos cuenta se nos han echado a todos las evaluaciones encima.

Pero lo malo es que no hemos llenado, y no me refiero a los lectores, que tampoco. Hemos sacado la edición adelante, hemos hecho un número “íntimo”, “entre amigos”, pero el Instituto, el Barrio, Madrid y el Mundo constituyen un escenario demasiado grande para llenarlo con las aportaciones de unos pocos. Como a la gente de La Musgaña, lo que nos hubiese encantado es tener un llenazo espectacular, que las colaboraciones de profesores y alumnos nos saliesen por la orejas, que todas las secciones desbordasen textos y contenidos multimedia, que la sección de creatividad rivalizase con las de noticias y, en definitiva, vernos obligados a hacer aquello tan periodístico de seleccionar.

Pero no ha sido así. Es una obviedad decir que los tiempos son difíciles y que no solo el trabajo sino el desánimo nos roban tiempo para hacer otras cosas. Pero ahora, precisamente por ser los tiempos como son, es más necesario que nunca informarse y expresarse, tomar conciencia de lo que está pasando y hacer ver a los demás cómo pensamos, cómo sentimos, cómo vivimos y queremos vivir una realidad que es dura pero que está, como siempre, por inventar. Y para esto, ¿qué mejor que el periódico del instituto?

El número tres será mejor, seguro.

PD: Dicho lo dicho, hay que añadir que en este número 2 aparecen algunos textos realmente magníficos. No te los pierdas.

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